EL MAR DE LOS NAUFRAGIOS: ACERCA DE LA POESÍA DE DIEGO EGUIGUREN
Por Antonio Jesús Cruz (Argentina)
Gracias a la generosidad del autor, he podido leer este libro.
Se atribuye a Pablo Neruda el postulado que sostiene que «para escribir un buen poema, hay que atravesar dos estados del alma: ser inmensamente feliz o terriblemente desgraciado». No sé cuánto hay de cierto en esta sentencia producto del imaginario popular, pues no soy un académico de las letras, sino simplemente un sencillo escritor de provincias; pero puedo asegurar, después de haber leído los poemas de Diego, que el autor, evidentemente, ha cumplido con al menos una parte de lo que se adjudica a Neftalí Reyes Basoalto. Desde el mismo título (El mar de los naufragios) detrás de cada poema, de cada estrofa, de cada verso, la nostalgia es visible, palpable, tangible, como lo son los propios sentimientos del ser humano aunque no podamos distinguirlos con nuestros ojos, sino con nuestro corazón.
Debo decir que, desde mi punto de vista, la poesía de Diego es valiente (para mí, uno de los principales atributos de la poesía). Escribir, sobre todo cuando se escribe poesía ―como es el caso de Diego―, es dejar el alma a la intemperie. El poeta, acaso sin darse cuenta, desnuda su yo más profundo, lo que es decir el alma, ante los lectores, algunos de los cuales, probablemente, ni siquiera llegarán a conocerlo. Cuando el poeta lanza la palabra y esta remonta vuelo, deja de pertenecerle y pasa a ser patrimonio de todos quienes leen y que, probablemente, darán su propia interpretación a lo escrito cerrando el círculo mágico de la palabra escrita sin que jamás puedan enterarse de los demonios y fantasmas, de las musas y duendes, de las penas y alegrías que acosaron el corazón del poeta en el momento que compuso sus versos. Esto no es óbice para la esperanza que tiene todo poeta de que su palabra encuentre eco.
En este poemario, que probablemente (o seguramente) contiene trozos de vida, los lectores encontrarán una poesía sencilla, pero profunda, lo que también, según mis propios códigos literarios ―que no sé cuan valiosos son―, es de enorme valía. En su corpus habita un hombre que tiene sueños, que claudica ante el amor y la utopía, pero que en cada muerte encuentra su renacimiento a través de la palabra. En general prefiero este tipo de poesía, que trasunta los mejores y/o peores sentimientos del alma de los hombres más que aquella comprometida y que trata de ser reivindicatoria. Creo en ambas, pero prefiero la primera.
Por último, puedo afirmar que es una poesía con ritmo y cadencia. Aunque a muchos no les guste, a mí, personalmente, la poesía rimada me atrae y me lleva, casi siempre, a posteriores lecturas, en cada una de las cuales suelo encontrar nuevos elementos que me ayudan a resignificar el sentido de cada poema.
Pues bien… Acá está la poesía de Diego. Bienvenidos todos aquellos lectores que se internen en los misteriosos meandros de la palabra poética.
ACERCA DE ANTONIO JESÚS CRUZ
Médico, escritor, periodista e investigador argentino. Es director de la revista virtual Tardes Amarillas. Ha escrito doce libros de poesía y cuento. Recibió numerosas distinciones y ha publicado artículos de opinión en medios gráficos y virtuales de diversos países. Integra numerosas antologías y ha dictado conferencias y charlas sobre diferentes aspectos de la literatura. Ha sido jurado en varios concursos y certámenes literarios y sus textos han sido publicados por revistas culturales gráficas y virtuales de varios países. Ha brindado recitales poéticos en diferentes ciudades de Argentina y América. Su obra ha sido difundida por medios periodísticos de Argentina, México, Chile, Venezuela y en numerosos sitios especializados de internet. Ha incursionado en diferentes estilos poéticos (haiku, soneto, copla, métrica libre), cuento tradicional y minificción.